Friday, January 7, 2011

Atrapando nuestro potencial

Hebreos 10

26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,
27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios

Comentario:

Un decir profesa que el ladrón juzga por su condición, es decir como el es así juzga. Esto indica también que el ladrón conoce lo que es, y entiende lo que hace, deduce por si mismo que lo que hace está mal, sin embargo no se aparta. Como cristiano sin duda conocemos cual es nuestra debilidad, entendemos plenamente cual es nuestra falla, y lo que tenemos mal delante de Dios. Puede que ese algo sea nuestro carácter, nuestro comportamiento, nuestras acciones, y un sin fin de cosas; el punto es que conocemos exactamente lo que hacemos que no le agrada a Dios, y que no nos permite entablar una relación intima con él. He hablado con muchas personas no cristianas que me han confesado que por alguna razón dada no pueden ser cristianas porque saben que es pecado y no están dispuestos al momento a dejar tal cosa, es lamentable que también nosotros, aun siendo cristianos mantenemos cosas en nuestras vidas que conocemos es indebido, Por que hacemos tales cosas?

Pablo tenía una paradójica en sí mismo, en el libro de Romanos capitulo 7 observa que el bien que él quería hacer no lo hacía más el mal que no quería hacer este hacia (versos 18-20). Pablo menciona también que cuando hacia lo malo, no era él, sino el pecado que moraba en el, (la carne) pablo decía esto porque no era su deseo hacer el mal, su deseo era hacer el bien sin embargo hacia algo malo, por lo tanto si no era su deseo, entonces no era el sino su carne( verso 17, “De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí”. ). Lo que hay que notar es que la “carne” en esta instancia es el mismo Pablo, no hay una división entre los dos, por lo tanto todo pecado cometido por la “carne” es decir pablo, se le atribuía a Pablo, de igual manera cuando pecamos no podemos culpar las circunstancias que nos llevaron a pecar, ya que nadie está obligado a pecar, y Dios junto a la tentación da la salida ( 1 Corintios 10:13) por lo tanto no hay excusas para el pecado.

Cuando reconocemos el mal que existe en nosotros, y por alguna razón no nos apartamos de él, estamos arrestando, encarcelando o atrapando nuestro potencial espiritual. El espíritu santo no obrara con libertad en una persona que sabe que está haciendo lo malo y no deja de hacerlo. A veces decimos “yo soy así” “así es mi carácter” y con esto excusamos el hablarle mal al hermano, a la pareja etc. Dios no reconocerá jamás tal excusas y el espíritu santo no obrara en tal persona. Reconocer el pecado es el primer paso, el segundo arrepentirnos de el, y el tercero apartarnos, estos tres pasos son esenciales para una vida en santidad. El libro de hebreo nos dice que si pecaremos voluntariamente no hay perdón por tales pecados, es decir siendo cristianos conocemos el pecado que mora en nosotros, y permanecemos en el, siendo así, Dios no perdonara a aquéllos que insisten en permaneces en tales pecados bajo la excusa de que “son humanos”, o “no puedo hacer mejor. Nuestro potencial como cristiano estaría paralizado si conociendo que hacemos el mal y perseveramos en el.

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