Wednesday, February 16, 2011

Dejando la venganza a Dios

Ester 7

6 Ester dijo: El enemigo y adversario es este malvado Amán. Entonces se turbó Amán delante del rey y de la reina.
7 Luego el rey se levantó del banquete, encendido en ira, y se fue al huerto del palacio; y se quedó Amán para suplicarle a la reina Ester por su vida; porque vio que estaba resuelto para él el mal de parte del rey.
8 Después el rey volvió del huerto del palacio al aposento del banquete, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey: ¿Querrás también violar a la reina en mi propia casa? Al proferir el rey esta palabra, le cubrieron el rostro a Amán.
9 Y dijo Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en casa de Amán la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella.
10 Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey.

Comentario:

Se dice que la venganza es el plato favorito de los dioses, la venganza es lo más dulce, es mejor servida fría, entre otros dichos, esto sin embargo son dichos que se encierran en el corazón de aquellos que no tienen a Cristo. El Cristiano debe buscar la justicia no la venganza. Es duro no querer hacerle a otros lo que nos hacen a nosotros; si alguien hiere a un ser querido o nos hiere a nosotros, si nos roban, si nos ultrajan, el deseo de la carne es hacerle igual o peor de lo que se nos ha hecho a nosotros, peor si haceos tal cosas, qué diferencia hay entre nosotros y los del mundo? Que nos diferencia de los herederos del infierno? No somos llamados a ser diferentes? La diferencia entre justicia y venganza es clara y obvia y sabremos si somos de Dios dependiendo de qué sentimiento alberga nuestro corazón.

“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19) Dios advierte que toda “venganza” es de El, la “venganza” de Dios es justa, por ende Justicia; Dios a determinado que todo ser humano muera una vez y luego será el juicio. El fin de Satanás y sus demonios ya está determinado, no hay esperanza de salvación para ellos, su destino fue marcado en el momento que fueron echados del cielo; sin embargo nuestro destino está en nuestras manos, depende de las decisiones que tomemos ahora dependerá nuestra salvación o nuestro castigo juntos a Satanás y sus ángeles. Cuando se nos dice algo que juzgamos es indebido, o se nos hace algo o a nuestra familia, el impulso de la carne es de retornas ojo por ojo y diente por diente. A menudo oímos el decir “ solo estoy esperando que me diga algo a mí, y le diré lo que se merece” tales comentarios ocurren aun en el ámbito cristiano y tales sentimientos vengativos no deben existir entre nosotros.

Conocemos la historia de Aman y mardoqueo, por lo tanto seré un poco lacónico en cuanto a la narración. Aman odiaba a los judíos y había incitado al rey Asuero a destruir por completo a los Judíos, pero Ester y mardoqueo eran temerosos de Dios, y el ángel de Jehová acampa alrededor de los que les temen y los defiende. La Horca que Aman, en su odio había preparado para mardoqueo vino a ser su propia muerte. Aun este odiaba a los Judíos, su orgullo y odio por los judíos se disipo de inmediato y acudió a la reina Ester (una Judía) para que le salvase la vida (verso 7). Marodoque y Ester no hubiesen podido planear una mejor venganza, más bien se pusieron a ayunar y a orar a Dios por el bien del pueblo y Dios hizo por ellos. Si planeamos vengarnos nuestro corazón es impuro, pero si dejamos las cosas en la manos de Dios orando por nuestro enemigos mostramos un corazón lleno de Dios, y el hará por nosotros justicia.