Necesidad de un monte (7 montes)

6.- Monte Tabor (monte de la transfiguración)

San Marcos 9

2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.

3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.

Comentario:

El monte Tabor fue un monte seguramente muy conocido por Jesús al encontrarse a unos 10 km. de Nazaret y destaca con majestuosidad en las planicies que lo rodean, El monte recibió su nombre de los Sumerios o de los Asirios, Cananeos o Fenicios antes que los Israelitas llegaran a la Tierra Prometida. En el Antiguo Testamento el Monte Tabor era considerado Sagrado por las Tribus israelitas del norte (Zabulón, Neftali e Isacar). En los tres evangelios que hablan de la transfiguración de Jesús (Mateos, Lucas, y Marcos), falla en mencionar el nombre de este monte, pero es generalmente aceptado que se trataba del monte Carmelo, o monte Tabor (monte santo). La transfiguración de Jesús cambio por completo su apariencia ( Lucas 9:29) cuando nosotros subimos al santo monte de Dios, aun nuestra apariencia cambia, se nota una diferencia total al ser transfigurados por Dios. La Biblia dice que cuando Esteban estaba ante el concilio y le miraron vieron su rostro como el rostro de un ángel (hechos 6:15) tal transfiguración no fue literal en su carne física, pero tal era las santidad interna, pura, y santa de Estaban se dejo traslucir en su rostro.

Es posible que aun queden rasgos, rastros, detalles de nuestra vida pasada, y es una prioridad que seamos transfigurados por completo. Aun cuando nuestro exterior seguirá siendo el mismo, la actitud, carácter, forma de ser, presentación, etc., debe de ser transfigurado completamente, este es el primer paso para la segunda transfiguración. La segunda transfiguración será literal en el cuerpo, una vez que seamos arrebatados en los aires, la Biblia dice que seremos transformados (1 Corintios 15:52) esta carne no verá el cielo sino que lo corruptible se debe vestir de incorrupción y lo mortal se vista de inmortalidad, de manera que la carne no puede ser mas, sin embargo para tomar parte en esta segunda transfiguración es necesario la primera. Esta primera transfiguración conlleva revestirnos del nuevo hombre que es según Dios (Efesios 4:22-24) tal transfiguración nos hace apto para ser arrebatados con Cristo cuando el venga.