Friday, April 8, 2011

Deberes conyugales: la mujer

1 Pedro 3

1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa.
3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,
4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

Comentario:

Aunque Pablo fue el apóstol que mas aconsejo sobre el matrimonio y los deberes de ambos conyugues, Pedro señala unas áreas básica de la relación entre los conyugues. Primeramente se dirige a la mujer sugiriéndole que estén sujetas a sus maridos, este mandato es similar al que Pablo le da a los Efesios (Efesios 5:21-23) a que estén sujetas a su marido como al señor. Aquí la palabra "sujeta" no implica esclavitud, o entrega de su voluntad misma, sino a ser obediente según la voluntad de Dios. Obviamente la sujeción de una mujer a su esposo cristiano es diferente a la sujeción a un hombre impío, debido a que también se le aconseja al hombre a amar, y cuidar a su esposa como vaso frágil, por lo tanto tal sujeción de parte de la mujer no implica sufrimiento alguno.

Pedro ve una relación entre la sujeción de la esposa a poder ganar almas aun sin palabra alguna, tan solo por la conducta, la cual debe ser casta y respetuosa. ¿Ahora bien, porque Pedro hace tal suplica y prescribe tal mandato? Muchas mujeres y hombre dicen: "para tener una relación así mejor no me caso" los discípulos mismos al escuchar los reglamentos estrictos de los deberes conyugales dijeron " si así es la condición del hombre con su mujer no conviene casarse" (Mateo 19: 10). Si sucede lo contrario en un hogar cristiano donde el amor, la armonía, y la paz existe entonces aquellos que observan notaran la diferencia entre la pareja cristiana, de modo que no necesitaran escuchar palabra sino solo seguir el ejemplo.

Los versos 3 y 4 han sido utilizados para marginalizar y señalar de pecado a toda mujer que se vista "bien". La realidad es que Pedro solo está haciendo una comparación de prioridad entre las vestiduras externas y la interna; señalando que la interna debe tener prioridad, debe lucir mejor, y cuando el vestido interno es espíritu afable y apacible, obviamente se refleja en el vestido exterior. Pablo aconseja a la mujer a vestirse decorosamente, el no hacerlo, muestra una falta de decoro en el vestido interior. Hay una posibilidad que estas mujeres a quien Pedro les hablaba gastaba una increíble cantidad de tiempo y dinero en los atavíos exteriores, (y si se tiene el dinero esto no es malo) pero llevar a la ruina al esposo por llevar tales lujos no es recomendable, más bien vestirse de uno interno de corazón incorruptible, esto es de grande estima ante Dios.