Tuesday, July 26, 2011

Relación con el Espíritu Santo

Juan 14

26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.

Comentario:

Recientemente hice una decisión de tener una mejor relación con el Espíritu Santo. Quizás esto suene raro, ya que como cristianos debemos desde un principio hacer esto, pero la verdad es que usualmente oramos a Jesus, a Dios padre y raramente nos enfocamos en el Espíritu Santo. El problema aquí es que aun los tres son uno, y los tres son omniscientes y omnipresente, cada uno tiene una personalidad y trabajo único e individual. Jesus dijo en una ocasión: “No os dejaré huérfanos Sino que pediré al padre que os envié un consolador que estará con vosotros para siempre (Juan 14:16) Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. En estos versos vemos un trabajo definido y concreto de parte del Espíritu santo para esta dispensación, sin embargo tendemos a ignorarlo por completo. A menudo escuchamos la oración: “o padre guíame, dirige mis pasos” cuando en este verso vemos claramente que el Espíritu santo es quien nos guía y a quien se le es encomendado guiarnos. Es posible que nuestra petición sea contestada aun cuando pedimos al padre o al hijo ¿pero llegaría al mismo tiempo o tardaría más? ¿ no es más conveniente pedir al que está encargado de hacer tal cosa?.

La biblia nos dice que el Espíritu Santo es nuestro consolador; Este tiene un papel a jugar en nuestras vidas que es imprescindible: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”(Romanos 8:26). En este verso vemos que es el Espíritu Santo es quien nos ayuda con nuestra debilidad, y no solo esto, sino que también es quien intercede o interpreta nuestras oraciones al padre, ya que no sabemos orar, porque en si desconocemos lo que necesitamos. Hay quienes creen que el espíritu santo no es Dios, sino una mera fuerza del padre, y por lo tanto no se le debe orar, ni mucho menos pedir, tal creencia es en contra de las escrituras, y conocemos que el Espíritu Santo tiene personalidad (Efesios 4:30, Juan 1:32-34) una mera fuerza no tiene personalidad, ni un conocimiento en sí, esto demuestra que es una Persona y también es Dios.

Debemos de aclarar que el orar a Dios padre, o Dios hijos no sería ofender al Espíritu Santo en sí, porque hay una armonía en la trinidad y no existe celos, pero sería negarle el papel que el desempeña como mediador. Recordemos algo que Jesus dijo: “Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben? El les dijo: ¿Podéis acaso hacer que los que están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos?” ( Lucas 5:33) lo que Jesús quería dejar entendido es que era su trabajo atender las necesidades de los discípulos, porque el estaba con ellos, ellos no tenia porque ayunar u orar a Dios como los de Juan, pues Juan no era Dios. este es el mismo principio que debemos aplicar ahora, seria indebido echar de menos al Espíritu Santo, cuando su trabajo especifico y único es estar con y en nosotros, sin embargo a veces le ignoramos por completo.