Wednesday, August 18, 2010

Altar de Dios

1 Reyes 18

30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado.

Comentario:

El poco uso de la alabanza y la adoración hace que entremos en un conformismo, y nos conformamos con tan solo adorar a Dios en los servicios; nos hacemos cristianos de templo. Usualmente nuestras conversaciones tienen a ser en torno a todo menos en Dios, nuestras metas se hacen 100% seculares y nada relacionado el trono divino, cuando esto ocurre significa que el "trono de Dios" se está arruinando en nuestras vidas. Al pueblo de Israel esto le había sucedido literalmente, se habían dedicado a la adoración pagana a Baal, mientras que la adoración a Dios era literalmente inexistente. El Dios que los había salvado, dado vida, los había sacado de Egipto, y les había hecho una nación grande, ahora carecía de sus alabanzas; Dios había sido olvidado, y su altar estaba completamente arruinado.

El sacrificio que ahora hacemos no es de animales ni de machos cabrío, el sacrificio que nosotros debemos hacer en el altar de Dios es la obediencia, la dedicación y el sometimiento completo a nuestro salvador. Donde quiera que estemos podemos ser altar de Dios, y hacer sacrificio a nuestro salvador. La adoración y la alabanza, nuestra obediencia a él es lo que Dios prefiere (Isaías 1:11) el presentarnos a nosotros mismo como sacrificio vivo justo y agradable delante de Dios (Romanos 12:1) es la acción debida de aquellos que desean agradarle y ser participes de sus bendiciones, el no hacer esto, es como hacer sacrificios a los baales, pues el que no está con Dios contra él es, si no adoras a Dios esto equivale a adorar al enemigo.

Elías tuvo que arreglar el altar de Dios. Esta el altar de Dios en nosotros arruinado? Ahora no tenemos un altar literal, pero nuestro corazón y nuestra mente es el lugar donde ese altar debe estar. Estamos alabando a Dios o a Baal?, esta nuestra vestidura exterior hermosa, pero la interior quebrada? Debemos de arreglar el altar de Dios y darle a él la honra digna a su nombre y aun más ahora que su venida se acerca. Ojala nos acordemos de nuestro padre celestial, y no le echemos al olvido como los israelitas, si no que mantengamos ese altar limpio y ardiente para nuestro creador, a través de la continua alabanza, y adoración que emane de nuestras almas.