Monday, August 30, 2010

Buscando bienes

Proverbios 20

21 Los bienes que se adquieren de prisa al principio, No serán al final bendecidos
23 Abominación son a Jehová las pesas falsas, Y la balanza falsa no es buena.

Comentario:

Mucho se ha dicho acerca de las riquezas; hay quienes se adhieren a los versos que dicen: “no podréis servir a dos señores No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpos” (Mateo 6:23), o el amor al dinero es la raíz de todos los males (1 Timoteo 6:10), y aun mas cuando Jesús dice: difícilmente entrara un rico al reino de los cielos (Mateo 19:23) entre otros versos. Muchos no han dado la definición o contexto apropiado a dichos versos y han igualado el ser rico o tener bienes con estar en pecado o buscar el pecado. En las iglesias a menudo se condena hablar de lo material, o del dinero, la base principal de toda predicación o enseñanza es en el área espiritual, y lo material es para los “impíos” no se les enseña a los miembros el arte de inversión, o como adquirir bienes materiales, ya que esto se debe hacer en las escuelas seculares y la iglesia no es para enseñar tales cosas, sin embargo este es un error de la iglesia. La iglesia perece por causa de conocimiento, no en el sentido de que Oseas lo dijo, pero lo bienes seculares al igual que los espirituales son bendiciones de Dios.

Cuando el salmista David dice: “Jehová es mi pastor y nada me faltara” se refiere obviamente a bienestares en general, tanto materiales como espirituales. El hombre es carne, espíritu y alma, y ninguno de estos aspectos debe ser negado, si algo de estos aspectos es negado obviamente nos falta algo. Si Dios es nuestro proveedor porque nos falta lo esencial? Muchas veces es porque pensamos que a Dios no le agrada que tengamos bienes materiales y “como deseamos, pues así será hecho” pero no hay una diferencia rotunda entre amar el dinero y simplemente saber que se necesita; entre servir a las riquezas y meramente buscar riquezas y ponerlas al servicio de Dios, o tener las riquezas como prioridad en nuestras vidas (lo cual es que haría que un rico no entre al reino de los cielos) o tener aquel que nos provee de riqueza como lo primero en nuestras vidas.

Dios quiere que vivamos en abundancia, en todo. Ahora bien el que no tengamos abundancia en el presente y carezcamos de dinero no significa que estamos maldecidos como muchos quisieran enseñar, tampoco significa que estamos en pecado, pero no es un estado del cual Dios se goza y ve la falta de bienes materiales como sinónimo de que somos humildes. Hay más pobres orgullosos de lo que hay ricos altaneros. En los proverbios 20: 21 nos da una señal de las riquezas que a Dios no le agrada (las riquezas que se consiguen de prisa) aunque en este pasaje no se da detalles de qué tipo de riqueza se refiere, en el verso 23 da indicios que son riquezas adquiridas ilícitamente. A través de medios ilegales y aun la lotería, el pasaje indica que al final no serán bendecidos. La mayoría de los multibillonarios que vemos en las revistas, han pasado décadas acumulando y trabajando por sus fortunas, los jefes de carteles de drogas sin embargo acaparran fortunas de la noche a la mañana, estas riquezas no son bendecidas. Si Dios te da una idea brillante de cómo hacerte millonario, ponla en función porque toda buena dadiva viene de Dios, ahora bien no te olvides de Dios una vez el te haya sacado de la pobreza material, ni pienses que con tu propia fuerzas as logrados tales bienes, y como Dios te las dio, acuérdate que tales riquezas son de Dios, eres meramente su mayordomo.