Monday, June 7, 2010

La obra del Espíritu Santo es hacernos semejantes a Cristo

Hechos 2

17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo;
20 El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto.

Comentario:

En el libro de Hechos capitulo 2:17, Dios dice que en los postreros días El derramaría su Espíritu sobre toda carne, con el propósito de que hiciéremos la voluntad de Dios atraves del Espíritu de Santo. Esta es la función del Espíritu en nosotros de manera que podríamos hacer la voluntad del Espíritu y no el de la carne. La carne sin espíritu es muerta, mas recibe vida una vez que recibe espíritu, así mismo es el hombre natural, este está muerto espiritual, aunque vivo en la carne, mas al recibir el Espíritu Santo recibe vida, y esta es la verdadera vida, ya que si su carne perece ( muere) la biblia describe tal muerte como un sueño, no una muerte real ( San Juan 11:11,1 Corintios 15:20), aun en esto el Espíritu Santo nos hace semejante a Cristo ya que si morimos en el ( si dormimos) nos levantaremos al igual que Cristo se levanto entre los muertos. Viviendo en el Espíritu es vivir libre de condenación. En el mundo secular el vivir de acuerdo a la ley y cumplir sus mandamientos y los requisitos de las autoridades seculares, es vivir sin culpabilidad, o sea la ley no puede culpar de nada a la persona que cumpla sus leyes. Nadie Jamás recibe un ticket de transito por detenerse en la luz roja, o es llevado a la cárcel por pagar debidamente sus impuestos. El cumplir debidamente con las leyes seculares y no recibir ninguna condena de parte de las autoridades es sinónimo a vivir en el espíritu en el ámbito cristiano y no recibir ninguna penalidad de parte de Dios. El cristiano que vive en el espíritu no puede ser culpado de nada, ya que vive según las leyes divinas. Cristo anduvo de acuerdo a las ordenanzas de su padre, y nosotros haremos lo mismo si el Espíritu de Dios mora en nosotros.

Jesus es el Hijo de Dios (Mateo 14:33), y nosotros al recibir a Cristo y por ende el Espíritu Santo nos hacemos Hijos también, por lo tanto Hermanos de Cristo y coherederos con Él, y si hermanos entonces somos semejantes a él, todo por la obra del Espíritu Santo. Jesus fue paciente, amoroso, misericordioso, obediente, tierno y todas las cualidades positivas que jamás alguien pudo tener. Nadie jamás puede imitar estas cualidades que tuvo Cristo sin la ayuda del Espíritu Santo. Podríamos imitar por algún tiempo pero luego surgiría el verdadero (yo) creado según la carne. Debido a nuestra incapacidad de ser buenos y morales por nosotros mismos debemos de someter toda área de nuestras vidas al control del Espíritu de Dios, de esta forma llegaremos a semejarnos a nuestro salvador y ser luz (Mateo 5:14-16) en medio de la oscuridad como él lo es (1 Juan 1:5,6). En el verso 5 de 1 Juan 1, nos muestra la semejanza que debe de haber entre nosotros y Dios, pues si decimos que tenemos comunión con el (esto es tener todas las cosas en común con Dios: "comunión"), y andamos en tinieblas siendo El luz entonces mentimos, pero si el Espíritu de Dios está en nosotros y nos dejamos guiar de él seremos luz así como Cristo es luz.

El dejarnos guiar por el Espíritu santo de modo que su obra en nosotros se cumpla suena fácil, pero no lo es. La biblia dice que la carne guerrea contra el Espíritu y el Espíritu contra la carne para no dejarnos hacer lo que queramos (Gálatas 5:17), esto significa que el que quiere agradar a Dios, recibe una lucha única de parte de su propia carne para que no lo haga, de la misma manera que cuando hacemos cosas que le agradan a la carne el Espíritu lucha y nos redarguye para que no pequemos, de manera que estos pelean ente sí. Ultimadamente la decisión de quien gane está en nuestras manos. Seremos semejantes a Cristo atraves de la obra del Espíritu, que fue tentado en todo y no peco, y subió y se sentó a la diestra del Dios padre?, o seremos semejantes a Satanás que dejo que el orgullo lo dominara y quiso ser mayor que Dios, siendo por esto echado del cielo de una vez y por todas?