Thursday, July 22, 2010

Quick pro quo (algo por algo)

Salmos 91

1 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.

Comentario:

Quid pro quo es una frase en Latín que significa algo por algo. Dios obviamente nos ha dado más de lo que jamás podríamos pagar, por ende el término quid pro quo no se podría atribuir a nuestra relación con Dios, sin embargo es sin lugar a duda necesario dar algo a Dios en retorno de sus interminables favores. En el verso 14 nos indica que una vez que ponernos nuestro amor en Dios recibiremos algo en retorno: “por cuando en mi a puesto su amor yo también lo librare” esto significa un intercambio; el depósito de nuestro amor, o confianza en Dios activaría que Dios también tornara su ayuda y responsabilidad hacia nosotros, mas el que se aleja o rechaza a Dios no goza de tales bendiciones. Desde el primer verso vemos que debe haber una relación reciproca para poder ser bendecidos de parte de Dios: el que habita al abrigo del altísimo morara bajo la sombre del omnipotente, es decir en cambio de habitar (obedecer, someterse, y aceptar sus mandamientos) bajo el abrigo del altísimo, tendríamos como beneficio morar bajo su sombra o protección (quid pro quo).

Este simple hecho de habitar bajo el abrigo del altísimo tiene los beneficios indicados en los versos 2 hasta 13. Tal intercambio es obviamente ventajoso para el hombre, ya que jamás damos nada relativamente a lo que recibimos, y aun cuando damos no lo hacemos a plenitud. Algo por algo (quid pro quo) es más relevante o correctamente utilizado en el mundo secular, en negocios, etc., ya que ese algo departe de Dios (la salvación, protección, cuidado, bendiciones) es infinitamente más valioso que el algo que nosotros podemos aportarle. Nuestro “algo” no es necesitado por Dios, mas el “algo” que Dios provee es imprescindible para nuestra vida actual, e irreemplazable para nuestra vida después de esta. David dijo en una ocasión, no daré algo a mi Dios que no me cueste nada (2 Samuel 24:24), porque sabía que lo recibido de parte de Dios era sumamente valioso y no quería ser visto como malagradecido dando en retorno algo que no valía nada. Estimemos ahora lo que le damos a Dios a cambio de su ayuda, o salvación; esta a la par de lo que recibimos de Él? Estamos siendo egoístas al dar la sobra? Dios no requiere que le demos como el nos da, ya que es imposible, pero requiere completa humillación y entrega de nuestra parte y si así hacemos el señor en su misericordia ve esto como quid pro quo, algo por algo.