Wednesday, August 24, 2011

Analizando la armadura (tercera parte)

Efesios 6

16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.

Comentario:

En el analice de la armadura de Dios Pablo llega a una parte de la armadura de suprema importancia: el escudo. El soldado sin escudo tendría un alto nivel de probabilidad de perecer en la batalla. No hay duda que las primeras saetas o dardos del enemigo lo alcanzarían, y aun fuese en un lugar no mortal de su cuerpo esta produciría un dolor terrible incapacitándolo y poniéndolo aun más al alcance del enemigo. La fe, según Pablo es el escudo para la batalla espiritual; esta es tan importante que Pablo dice: "sobre todo" o sea más importante que todo es tomar el escudo de la fe, el escudo protege el almo completa de la persona, La fe es el ingrediente básico para gradar a Dios ya que sin fe es imposible gradarle. Además de agradar a Dios con la fe esta apaga los dardos del enemigo, porque si fuese dudas, temor, enfermedades, todo esto puede ser combatido o apagado teniendo fe en Dios

En el verso 17 nos insta a asirnos de nuestra salvación como protector; el yelmo literalmente protege la cabeza del soldado, lo más importante del cuerpo es la cabeza, lo más importante en nuestras vidas es la salvación, so debemos de asirnos de esto y no dejarla jamás, por ultimo Pablo indica la única arma ofensiva de toda la armadura. Absolutamente todo lo previo era para la defensa pero aquí Dios nos provee con una arma para la ofensa: la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Esta espada es necesaria, ya que estando en defensa todo el tiempo podemos sobrevivir, pero de que nos sirve esto sino podemos vencer por falta de un arma con que herir al enemigo. Nuestra arma al igual que nuestra defensa es espiritual, ya que nuestras lucha, como decíamos antes, no es contra carne ni sangre. La espada del espíritu es la palabra de Dios, con la cual acompañada de espíritu santo podemos hacer estragos en las huestes enemigas. Con la palabra podemos sacar fuera demonios, predicar el evangelio, advirtiendo de la pronta venida de Cristo y que muchos vengan al evangelio, todo esto con la espada del espíritu.

Cada cristiano debe revisar su armadura, para ver que este bien ceñido, que los pies estén con el apresto del evangelio, que tenga el escudo de la fe, y el yelmo de la salvación, que tanga la espada, y una vez con toda la armadura de Dios, salir a las líneas de batalla. Nadie se queda en la casa sentado, con un uniforme militar, una vez que se esté completamente armado porque se ha de quedar sentado, debe unirse al ejercito divino a pelear sin cesar por aquel que nos llamo a ser soldados.