Tuesday, September 13, 2011

Tratando con la depresión (2nda parte)

Lucas 22

61 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.
62 Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.

Comentario:

Recientemente leía una carta acerca de una chica que estaba deprimida, todo le iba mal, y para colmo su mejor amiga se iba de viaje. Esta le contó a su madre que nada bueno le sucedía, y con lagrimas contaba como tenia fracaso tras fracaso. Su madre que sabía que a su hija le encantaba el pastel, se dirigió a la cocina y le pregunta: quieres huevos crudos? Ella le replico, claro que no, - entonces quieres vainilla? No, le replica la hija, -bueno quizás quieres harina? No, contesta de nuevo la hija intrigada; te gustaría comer un poco de azúcar? La hija un poco irritada le contesta: obviamente no, porque me ofreces todo esto? La madre le contesta, estos son algunos de los ingredientes del pastel que a ti tanto te gusta, por sí solos no se pueden comer, no son nada bueno pero una vez juntos y cosidos, el pastel es delicioso. Esta es la metodología que Dios utiliza con los problemas, las desilusiones, y los fracasos, al momento son dolorosos pero tienen como resultado a una persona más preparada, con experiencia, paciente, madura y lista para enfrentar cualquier cosa.

En los versos 61,62 describe lo que le sucedió a Pedro. Aun cuando el verso 62 solo dice que lloro amargamente es probable que Pedro se hundió en la depresión, por haber negado a su amigo y salvador. Sin embargo Pedro no quedo para siempre en esta depresión se repuso, y luego hizo hazañas en el nombre de Jesús. El justo nunca quedara postrado porque Jehová sostiene sus manos (Salmos 37:24). El impío corre diferente suerte que el cristiano cuando cae en depresión. Si Leemos San Mateo 27: 3-5, nos damos cuenta que lo mismo le sucedió a Judas, este quedo en un estado de depresión una vez que se dio cuenta lo que había hecho, como su corazón no era firme, hizo lo que tienden a hacer aquellos que no tienen su esperanza en nadie: fue y se ahorco. La depresión viene a todos, a algunos por un día, otros por meses y a veces hasta años, pero recordemos ante todo que Dios tiene potestad sobre todo y sostiene nuestras manos.

Debemos ante todo tener nuestra esperanza en Dios, esta es la razón por la cual el cristiano a diferencia de los incrédulos se mantienen esperanzados pese a pasar por tan difícil prueba. Nunca pensemos que Dios es ajeno a lo que nos acontece; es necesario establecer esto pues una persona en depresión tiende a creerse sola, y aun en medio de gentío le agobia la sensación de soledad, de que nadie jamás a pasado por su situación y nadie le comprende, y por último que no hay salida a tal situación. La realidad de las cosas es que ninguno de estos es cierto. La biblia nos dice que Jesús fue experimentado quebranto (Isaías 53:3 ), y que también se compadece de nuestras flaquezas (Hebreos 4:15), y tenemos la palabra firme de Dios que nos promete que el nos levantara cuando cayéremos en depresión, u otros problemas y pone como prueba un sin número de personas (Elías, Pedro, David, Jesus mismo, etc.) que cayeron en depresión y fueron consolados por Dios. La depresión no es la última etapa de tu vida sino un eslabón en tu vida para hacerte mejor.