Thursday, May 19, 2011

Sanidad divina

Isaias 53

4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados

Comentario:

Cuántos de nosotros tiene algún dolor o molestia y queremos una sanidad o liberación de aquello que nos agobia? La realidad es que pocos despreciaríamos el ser sanos de inmediato. Pero cuántos de nosotros estamos siendo agobiados por un problema de salud, pero pese a esto no vamos al doctor? Un gran número de personas (generalmente los hombres) no acuden al doctor cuando tienen alguna enfermedad física queriendo que meramente “pase”. Hay muchas enfermedades que lamentablemente no “pasan” sino que son permanentes y al no ponerle cuidado en la etapa inicial se convierte en una enfermedad crónica. A veces estamos en estas circunstancias espiritualmente, de hecho reconocemos que no estamos bien delante de Dios, que hay algo que no está bien pero aun así nos mantenemos insensibles al llamado a buscar una sanidad divina.

Si nuestro automóvil se daña lo llevamos al mecánico, si la casa está deteriorada llamamos al albañil, es decir buscamos a la personas indicadas para reparar las cosas que necesitan reparo; nadie está más apto para sanarnos, física y espiritualmente que Dios, ya que el es nuestro creador y por lo tanto sabe exactamente cuál es nuestro problema, sin embargo al igual que el doctor no puede hacer nada por nosotros si no vamos a su consultorio, Dios tampoco hará por nosotros sino vamos a El. El ser sanados internamente requiere llegarnos a el con fe, y la obra será hecha. Tengo amarguras internas? Desilusiones?, depresiones crónicas?, un odio innato que aun no sé de donde proviene o porque está allí? Estoy herido por algo en el pasado que no logro superar? La realidad es que en Dios podemos tener descanso; Jesus dijo venid a mi todos los que están cargados y cansados y yo os hare descansar (Mateo 11:28). Todas esas “enfermedades” son enfermedades del alma y ningún doctor aun psicólogos no pueden curar solo Dios que creo nuestra alma es un experto en esta materia.

Isaías describe una visión del hijo del hombre: declaraba como fue molido, literalmente, por nosotros. En el verso 4 dice que ciertamente el llevo nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores, es decir que aun padezcamos enfermedades estas pueden ser sanadas porque ya el las llevo. Un heredero puede ser mendigo sino sabe que tiene heredad, de igual manera podemos vivir enfermos si no sabemos que ya alguien llevo nuestras enfermedades, esto no es decir que nunca nos enfermaremos, pero si nos enseña que no tenemos porque vivir enfermos. Esta sanidad divina que Dios proveyó para nosotros no está limitada a la sanidad física, en el verso 5 dice que el fue herido por nuestras rebeliones y molidos por nuestro pecado, esta sanidad es aun más profunda, porque se refiere al perdón de pecados (lo cual ningún doctor puede sanar); y aun más nos dice que el castigo de nuestra Paz fue sobre El, esto es clave, ya que si sufres de depresiones, enojos, amarguras, tristezas, etc. no tienes paz, y este verso dice que Jesus pago un precio para que tuviésemos paz, de hecho el la da en abundancia. La sanidad divina no es parcial, ni tiene efecto secundarios como la medicina secular, sino que es una sanidad integral donde podemos vivir en una salud absoluta física y espiritual, pero necesitamos buscarla.