Monday, August 23, 2010

La palabra de Dios: vida y paz

Proverbios 3

1 Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;
2 Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán.

Comentario:

Las palabras son el medio de comunicación principal, sea esta escrita, oral o cualquier otro medio, por ende hay un poder tremendo en la palabra. Bienaventurados los que pueden hablar y escuchar, pues tiene la habilidad de escuchar y ser escuchados. Las palabras sin embargo es espada de doble filos, puede tanto dar vida y ser fuente de información, sabiduría, etc., y a la misma vez puede ser fuente de destrucción, mentira, calumnias etc. Tomemos por ejemplo el chisme: una persona le dice a otra que vio una persona con algún amigo/a, esta persona a su vez transmite esta palabas a otra con algo agregado, y esta as u vez a otra con algo más, y las palabras originales o mensaje a sido completamente cambiado y transformado donde ahora varios son participantes de un chisme o calumnia. Es curioso como los buenos mensajes o palabras no se propagan con la avidez y rapidez que los malos, si le decimos a alguien: “e escuchado que Cristo salva”, este mensaje raramente será distorsionado, de su mensaje original, pero lo malo de esto es que rara vez se da tal mensaje y el que lo recibe no lo propaga como si fuese un chisme.

Si tenemos la habilidad de comunicarnos, Dios quiere que lo hagamos de una forma ejemplar, la biblia nos dice que tendríamos que dar cuenta por toda palabra ociosa que salga de nuestros labios (Mateo 12:36-37) hay personas que sin la menor retracción dicen malas palabras constantemente, ya sea por costumbre o por ira, pero Dios traerá a cuenta cada una de ellas. He dialogado con persona, que utilizan palabras groseras, ásperas, morbosidades, mentiras y calumnias tan naturalmente como si hablasen de un tema común; esta no fue la razón por la cual Dios nos dio palabras, o la habilidad de hablar, tales palabras son destructivas y más en línea con el deseo del enemigo, Dios estableció que esta es una de las cosas que aborrece (Proverbios 6:19).

Las palabras de Dios son sin embargo vida; es imposible que mientan, o que traigan mal a nuestras vidas. El proverbista escribe en el capítulo 3 “hijo mío no te olvides de mi ley y tu corazón guarde mis mandamientos” la ley de Dios es su palabra al igual que sus mandamientos. Dios requiere no olvidarnos de la ley, su palabra y al hacer esto nuestras propias palabras estarán sujetas a la de él. Si la biblia nos dice que es pecado mentir, y nos sujetamos a esto, nuestras palabras entonces están directamente ligadas a la palabra de Dios. Cuando nos indica a guardar en nuestro corazón sus mandamientos es un llamamiento a ser prácticos en la palabra, no meramente conocedores de ella. La mayoría de los pecados cometidos no lo hacemos en ignorancia, es decir no nos hemos olvidado de la ley de Dios, es al guardar en nuestro corazón sus mandamientos que nos retraemos de pecar contra ella. El que adultera, o fornica, no sabe que lo hace? Claro que sí, pero si no está en su corazón el guardar los mandamientos de Dios lo haría sin problemas de conciencia. En el verso 2 nos indica que la palabra de Dios nos daría largura de días y paz, con tan solo guardarlas.