Thursday, April 15, 2010

En memoria de Dios

Lucas 22

19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

Comentario:

Aunque amamos a nuestros seres queridos por lo general tendemos a pasarlos por alto; solo tenemos pensamientos afables de ellos, o le decimos lo mucho que le amamos cuando están ausentes. Hay un dicho que dice “no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”. Los esposos rara vez se dicen “te amo” porque se ven todos los días, y se siente que no es “necesario”. Todo esto cambia una vez que nos hacen falta, cuando se van lejos o aun peor cuando mueren, es entonces cuando anhelamos haber mostrado y dicho lo que en realidad sentíamos por ellos. Las personas escuchan que tan bueno fueron cuando no pueden oírlo, en su velorio o entierro. Cuando la persona muere se les dicen los mejores elogios que nunca escucharon en vida. Una persona a quien pasamos por alto en nuestro diario vivir es Dios, nuestro creador y salvador.

Aun como cristianos no hacemos memoria de Dios como debemos. Pasamos los días afanados, vamos a la iglesia como rutina y oramos monótonamente, pero no le decimos a Dios con toda nuestra conciencia y conocimiento lo grande de su amor y bondad, lo bueno y amoroso que ha sido con nosotros. Dios no es hombre, ni necesita en si tales gestos, pero como a los hombres le gusta que sus hijos sean agradecidos y le comuniquen tal agradecimiento. Dios le insto a los israelitas a tener memoria de Él, y a ensenarle a sus hijos de cómo él los había sacado de Egipto, les pidió que le contasen a sus descendencias las maravillas que Dios había hecho con ellos, de manera que él no quedase en el olvido; en Deuteronomio 8: 11-20 Dios amonesta exclusivamente a que no le dejasen en el olvido, el olvidar a Dios obviamente no le trae problema a él, más bien a aquellos que se olvidan de él.

Jesús de igual manera hizo la observación de la santa cena al tomar el pan partirlo y darlo a comer a sus discípulos, ordenando que se hiciese esto en memoria de Él, para recordatorio del sacrificio que él hacía por la humanidad, por cada uno de nosotros. Ultimadamente la vida tiene sus ironías, el que era esclavo o estuvo encarcelado aprecia y disfruta más de la libertad, el que está sano agradece mas y cuida más de su salud, después de estar enfermo, el que pierde a alguien muestra más amor al hallarlo; quizás por esto no recordamos a Jesús con mas diligencia, porque no hemos “gustado” del infierno, al cual todos estábamos condenados a ir sin excepción si no fuese por su sacrificio (Romanos 3:23). Debemos de cada día tener memoria, recordar a Dios y amarle por permitirnos la gracia de no ir al infierno aun cuando este debió ser nuestro destino.