El misterio del amor (2nda parte)

1 Corintios 13

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Comentario:

                    Alguien una vez dijo: el verdadero amor es aquel dado por Dios, todo lo demás son pasiones asemejadas. Esto parece tener cierta certeza si lo ponemos a la luz de la humanidad hoy día, esposos y esposas que se prometieron amor hasta el día de la muerte en meros años todo se termina, amistades estrechas donde uno haría cualquier cosa por el otro termina por cosas pequeñas, padres que abandonan a sus hijos e hijos que maldicen a sus padres, podríamos decir entonces: ¿donde esta el amor? Nuestra sociedad vive en tiempos donde no hay piedad, mucho menos amor. En 2 Timoteo 3:2 habla de los tiempos peligrosos que se avecinan donde habrían hombre amadores, pero de si mismos, sin afecto natural (verso 3) en medio de todo este caos los cristianos debemos mostrar el amor que Pablo les indica a los Corintos que debían de tener.

El amor es sufrido (verso 4) no siempre es gozo, no siempre estarás cómodo con los seres amados, pero el amor verdadero nunca deja de ser (verso 8) si deja de ser, bíblicamente hablando nunca fue un amor verdadero. Si el amor dejase de ser, sin lugar a dudas Dios dejaría de amarnos, porque nadie ofende y hace transgresiones contra Dios como nosotros, sin embargo su amor no se aparta de nosotros. Ahora bien, tal amor no puede ser posible si no tenemos a Dios. Los versos 5,6 y 7, habla de las cualidades irrevocables y perdurables del verdadero amor. El misterio de esto es que debemos amar a los que nos odian igual que a los que nos aman, si no logramos hacer tal cosa, el amor no se ha perfeccionado en nosotros.